CONDICIONES PARA LA LIBRE EXPRESIÓN
Estamos en un momento en el país en el que no es suficiente dejar a la letra muerta de nuestras leyes la preservación de los derechos, la ilegalidad y la violencia han llegado a un punto tal que parece no haber una diferencia entre lo que conocemos como delito y las acciones cotidianas de ciertos grupos, la vida delincuencial ha tomado el control de muchos aspectos de nuestra vida pública, la libertad de expresión, tristemente, parece haber pasado a ser un bien más que ha sido robado en el Estado Mexicano.
No existen las condiciones para el ejercicio de la libertad de expresión, no sólo es imposible para los miembros de los medios de comunicación poder trabajar con el temor de su propia seguridad a cuestas, los compañeros de los medios se han vuelto protagonistas de sus propias noticias, la voz en off, el segundo plano que se exigía a los medios como parte de una postura de imparcialidad, ahora es imposible pues la noticia es ahora justamente el que no hay forma de trabajar en el ámbito noticioso.
Compañeros de medios de todo el país, en el centro de la República y en otras varias ciudades del país, han salido a las calles a exigir las condiciones necesarias para el ejercicio de su trabajo, no sólo como ciudadanos que exigen su derecho a la seguridad, sino ellos mismos como activos de la democracia nacional que deben ser preservados para que sea posible sostener la vida democrática de este país. Quienes hoy, después de todos los crímenes contra periodistas que hemos vivido en los últimos tiempos, y con los recientes secuestros, siguen ejerciendo el oficio periodístico, han tomado una decisión de gran valía, pero parecen estar solos en ello.
No hay, a estas alturas, institución pública que se haga responsable de ellos, no hay quien dé la cara con alguna estrategia específica para ofrecer seguridad a los periodistas, no es algo nuevo, pero ahora más que nunca es evidente la urgencia de trabajar en ello. El trabajo periodístico es una parte fundamental de los asuntos de interés público y como tal, es necesario involucrar y sensibilizar a la sociedad en ese sentido. Es tiempo de pensar en estrategias concretas, en fortalecer las relaciones con el gremio y plantearse la necesidad de la protección conjunta como un hecho de supervivencia.
Dejando de lado los niveles de trabajo, las diferentes empresas mediáticas, los intereses, quedamos en lo que realmente son los periodistas, ese gran activo de la evolución de un país, gente de convicciones, de ideales, comprometidos con la comunicación pública, con el interés colectivo, crear una unidad a partir de ello y fortalecerse para tener alguna defensa frente a los peligros que cada vez se enfrentan mucho más. Vivimos el abandono de un gobierno que se ha declarado ya rebasado por la violencia del crimen organizado, no podemos permitirnos el abandono entre nosotros mismos.
Más que solidaridad, debemos comenzar a hablar de corresponsabilidad, de estrategias y de medidas excepcionales para situaciones extremas como las que se han venido enfrentando. No hay condiciones para hacer periodismo en México, pero tampoco las hay para dejar de hacerlo, es justo un momento fundamental para hacerlo, para informar, para opinar, para criticar, y cerrar la cortina del negocio periodístico por el temor fundado al secuestro de nuestras voces es la peor estrategia, pues es justo lo que se está buscando: la consolidación del régimen del miedo.
Salgamos a la calles, a marchar para lanzar consignas y exigencias, pero también a trabajar, a retratar la realidad, pero salgamos lado a lado, unidos en la fortaleza de nuestro trabajo. Es cierto que no hay condiciones para ser periodista, comunicador o líder de opinión en México actualmente, esta es ya una actividad de alto riesgo, pero también es la mejor arena para comenzar a ganar terreno en la recuperación nacional.
Soy Edna Lorena Fuerte y mi correo es ednafuerte@gmail.com, para sus comentarios. Gracias.
Cd. Juárez, Chihuahua a 11 de Agosto de 2010