Beatriz Flores |
¿A qué huele la lluvia?... ¡A vida y esperanza! Un año más está por terminar y muy pronto iniciarán nuevos retos, nuevas oportunidades y nuevos desafíos.
Noviembre y diciembre, son los meses preferidos de mi corazón. En noviembre, me gusta detener mi paso para analizar lo bueno y malo que ha acontecido en los últimos meses del año, y así, con toda calma, preparar el corazón y el alma para recibir la Navidad.
No hay mejor momento que éste, para sanar las heridas y remediar todos los errores cometidos a lo largo del año que muy pronto se irà.
Noviembre abraza ya la llegada de diciembre; .pero hoy, antes de finalizar el año, me he propuesto encontrar las risas perdidas que tàntas veces se escaparon de mi alma antes de poder nacer; las risas que nunca nadie vio un día cualquiera durante enero, marzo o abril.
¿Será posible rescatar esas sonrisas?.... ¡Por supuesto que se puede!, basta con recordar los mas bellos momentos que vivimos en mayo, junio o agosto.
Este es un propósito, no de año nuevo, sino para antes de que llegue Navidad, porque quiero que esas sonrisas que un dìa se escaparon, puedan nacer hoy, mañana y todos los días que quedan de este año, para así, iniciar una nueva etapa, con la costumbre de sonreírle tanto a las buenas nuevas como a las adversidades.
¿A qué huele la lluvia?... Creo que siempre tendrá un original aroma que inevitablemente nos invitarà a sonreír.